En unas declaraciones al diario La Vanguardia de hace algunos meses, el presidente honorario del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, dijo que era injusto utilizar los Juegos Olímpicos para castigar a China por asuntos políticos internos de ese país. Afirmó que “la política es la política y el deporte es el deporte. Y si hay quejas contra China que se lleven al foro adecuado a exponerlas”.
La verdad es que le tengo un sincero aprecio a mi paisano. Quizás sea porque el 17 de octubre de 1986, en Lausanne pronunció una de las frases más famosas y recordadas en mi ciudad: à la ville de… ¡Barcelona! Sin embargo, creo que peca de ingenuidad en sus declaraciones. O eso quiero creer…
La idea de que la política no participa en los Juegos Olímpicos no puede ser más inocente y estar más alejada de la realidad. Y es que lo político está presupuesto en los Juegos Olímpicos desde el mismo momento en el que intervienen los Estados. Y si tenemos en cuenta que las Olimpiadas las organizan, se llevan a cabo y participan los Estados, no cabe ninguna duda de que están irremediablemente politizadas de principio a fin. El aparato de compulsión y coacción lo hacen funcionar personas de carne y hueso, que no pueden dejar pasar estos grandes y espectaculares eventos para alcanzar sus propios fines.
Los poderes políticos no sólo necesitan y aprovechan estos eventos por los beneficios económicos que conllevan, sino principalmente para legitimarse. Esto es importantísimo, ya que un Estado no puede obtener obediencia simplemente mediante la represión. Incluso habiendo un partido único como es el caso chino (o precisamente por este motivo), éste debe controlar la opinión pública, ya que no puede sostenerse a largo plazo si sus políticas no son aceptadas por la mayoría de los gobernados. Debe conseguir que los ciudadanos/súbditos obedezcan sus órdenes sin necesidad de castigos ni recompensas.
La majestuosidad de la ceremonia inaugural cumple un papel de legitimación mediante la amplificación de la fantasía colectiva. La fantasía de que el individuo se debe a la nación; la fantasía de identificar a la nación con sus gobernantes; y finalmente, la fantasía de identificar a los gobernantes con los gobernados. En definitiva: más superstición colectivista y menos individuo.
Con estos intereses políticos no es de extrañar que se den continuos casos de corrupción, malversación de fondos y sobornos dentro del seno COI, como los que tuvo que hacer frente el propio Samaranch en 1999 debido a los escándalos de soborno a miembros de la junta directiva.
Además, conocemos casos históricos en los que los JJOO se han visto directamente alterados por motivos políticos. En 1980, Estados Unidos y algunos países del bloque occidental decidieron ausentarse de los Juegos de Moscú, en protesta por la invasión de Afganistán por parte de las tropas soviéticas. Cuatro años después, fueron la URSS y las naciones del Este de Europa las que optaron por boicotear los Juegos organizados por Estados Unidos en la ciudad de Los Ángeles. Otros países, como Cuba y Sudáfrica, tampoco participaron en las citas olímpicas durante mucho tiempo por razones de índole político.
Podemos preguntarnos si el denominado “Movimiento Olímpico” tiene que ver con aquel soñado por el barón Pierre de Coubertin, pero de lo que no hay duda es que la lógica y la historia nos demuestran que es imposible separar los Juegos Olímpicos de la política. Como mínimo, mientras la forma histórica de lo político siga siendo el Estado.
La verdad es que le tengo un sincero aprecio a mi paisano. Quizás sea porque el 17 de octubre de 1986, en Lausanne pronunció una de las frases más famosas y recordadas en mi ciudad: à la ville de… ¡Barcelona! Sin embargo, creo que peca de ingenuidad en sus declaraciones. O eso quiero creer…
La idea de que la política no participa en los Juegos Olímpicos no puede ser más inocente y estar más alejada de la realidad. Y es que lo político está presupuesto en los Juegos Olímpicos desde el mismo momento en el que intervienen los Estados. Y si tenemos en cuenta que las Olimpiadas las organizan, se llevan a cabo y participan los Estados, no cabe ninguna duda de que están irremediablemente politizadas de principio a fin. El aparato de compulsión y coacción lo hacen funcionar personas de carne y hueso, que no pueden dejar pasar estos grandes y espectaculares eventos para alcanzar sus propios fines.
Los poderes políticos no sólo necesitan y aprovechan estos eventos por los beneficios económicos que conllevan, sino principalmente para legitimarse. Esto es importantísimo, ya que un Estado no puede obtener obediencia simplemente mediante la represión. Incluso habiendo un partido único como es el caso chino (o precisamente por este motivo), éste debe controlar la opinión pública, ya que no puede sostenerse a largo plazo si sus políticas no son aceptadas por la mayoría de los gobernados. Debe conseguir que los ciudadanos/súbditos obedezcan sus órdenes sin necesidad de castigos ni recompensas.
La majestuosidad de la ceremonia inaugural cumple un papel de legitimación mediante la amplificación de la fantasía colectiva. La fantasía de que el individuo se debe a la nación; la fantasía de identificar a la nación con sus gobernantes; y finalmente, la fantasía de identificar a los gobernantes con los gobernados. En definitiva: más superstición colectivista y menos individuo.
Con estos intereses políticos no es de extrañar que se den continuos casos de corrupción, malversación de fondos y sobornos dentro del seno COI, como los que tuvo que hacer frente el propio Samaranch en 1999 debido a los escándalos de soborno a miembros de la junta directiva.
Además, conocemos casos históricos en los que los JJOO se han visto directamente alterados por motivos políticos. En 1980, Estados Unidos y algunos países del bloque occidental decidieron ausentarse de los Juegos de Moscú, en protesta por la invasión de Afganistán por parte de las tropas soviéticas. Cuatro años después, fueron la URSS y las naciones del Este de Europa las que optaron por boicotear los Juegos organizados por Estados Unidos en la ciudad de Los Ángeles. Otros países, como Cuba y Sudáfrica, tampoco participaron en las citas olímpicas durante mucho tiempo por razones de índole político.
Podemos preguntarnos si el denominado “Movimiento Olímpico” tiene que ver con aquel soñado por el barón Pierre de Coubertin, pero de lo que no hay duda es que la lógica y la historia nos demuestran que es imposible separar los Juegos Olímpicos de la política. Como mínimo, mientras la forma histórica de lo político siga siendo el Estado.
19 comments:
Si no sabéis distinguir entre Olimpiadas y Juegos Olímpicos mal vamos. Cambiad el subtítulo del blog, por favor, no hagáis más el ridículo...
DEL DICCIONARIO DE LA RAE:
olimpiada u olimpíada.
(Del lat. Olympĭas, -ădis, y este del gr. ᾿Ολυμπιάς).
1. f. Competición universal de diversos deportes que se celebra modernamente cada cuatro años en un lugar previamente determinado. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
2. f. Fiesta o juego que se celebraba cada cuatro años en la antigua ciudad de Olimpia.
3. f. Período de cuatro años comprendido entre dos celebraciones consecutivas de juegos olímpicos. Fue costumbre entre los griegos contar el tiempo por olimpiadas a partir del solsticio de verano del año 776 a. C., en que se fijó la primera.
4. f. pl. Hond. Exámenes de recuperación de una o varias asignaturas que ha suspendido un alumno en un curso.
anonymous, ¿quién ha hecho el ridículo?
Yo creo que Samaranch no es ningún ingenuo. Alguien capaz de mantenerse al frente del COI tantos años tiene que tener una serie de habilidades difícilmente compatibles con la ingenuidad. En cuanto a la politización de los JJ.OO., las Olimpiadas de Hitler en el 36 son el primer y quizá mejor ejemplo que me viene a la mente.
Las olompiadas del 36 aparte de ser otra época de la historia se concedieron antes de que los nazis ganaran las elecciones del 33, lo que no quita que fuera un espectáculo penoso.
Por mi que se monten los espectáculos que quieran, pero que no digan que hay ideales humanos detrás, que no teman decir que política y dinero son su motor, tal vez si fueran así de sinceros, a mi me daría menos asco.
Felicidades por la iniciativa.
Je je je...Yo no sé si la gente se cae de un guindo cada mañana al levantarse o que...pero alucino con la ingenuidad del personal.Al hamdulillah que aún queda gente así... A ver, almas de cántaro, ¿alguien se cree lo de los ideales, el pacifismo, etc de los JJ.OO.?
¿La política y el dinero no son humanos?
Me gusta este nuevo blogg y el espíritu que mueve a los que escriben.
Por mi parte he aportado mi granito de arena
http://liberthispania.blogspot.com/
http://movespain.blogspot.com/
nos vemos
Me acabo de enterar de la existencia de este blog por medio de Libertad Digital, el cual me parece una muy buena iniciativa.
Hace tiempo escribí en mi blog un texto titulado Primer y último texto sobre las olimpiadas de China 2008 en el que tomé la decisión de ignorar completamente los Juegos Olímpicos en China. Y es que el hecho de que China se esté promocionando ante el mundo mientras viola los derechos humanos más básicos me parece una auténtica vergüenza.
En fin, que por mi parte lo que estoy haciendo es simplemente ignorar completamente las Olimpiadas, tanto en mi blog como en mi vida.
acabo de descubrir este blog. enhorabuena. ya era hora de que alguien diera la cara y dijera las cosas como son.
ciertamente, las olimpiadas serían buena idea supuesto el caso de que reinara el juego limpio y que todo se quedara en deporte y nada más que deporte
pero detras de las olimpiadas hay un mundo de hipocresía, mercado, política e intereses que escapan al deporte.
y si samaranch ha dicho que no hay nada más que deporte, probablemente sea porque a él mismo le de vergüenza reconocer que se dedica a lo que se dedica. el idealismo de la juventud siempre acaba cediendo frente al ansia de notoriedad y dinero de la madurez.
es triste, pero así es.
Gracias por la cita de la RAE. Por un momento pensé que el Osito Misha se equivocaba. La serie de marras sí que fue politización. Tambien recuerdo un Mortadelo y Filemón a propósito del boicot a los Juegos de Moscú. Decía que "unos politicastros" querían acabar con el deporte. Se refería a los americanos, no a los soviéticos, que como todo el mundo sabe no fueron politicastros, sino algo mucho peor.
Ojalá hubiese tanta unanimidad en condenar estas olimpiadas chinas como en la condena de las alemanas del 36.
¿verdad?
slds
En Libertad Digital puede que hagan referencia a este blog, pero siguen informando de las competiciones olímpicas. Parece que no aplican la recomendación de "apagar la televisión" de los intelectuales del staff. ¡Jejeje! Por cierto, los JJOO de Berlín 36 fueron maravillosos.
Que China esté celebrando estos juegos en su estado actual es una verguenza, cierto, pero que en el mismo post digas que tienes un 'sincero aprecio' a Samaranch me parece sorprendente.
Este tipo, aparte de haber tenido diversos cargos durante el regimen de Franco (para mi ya es suficiente para no tomarme en serio ninguna valoración suya) ha estado envuelto en todo tipo de corruptelas, desde locales cuando era concejal en Barcelona en 'aquella época' hasta durante su presidencia del COI. Durante la época de Franco, en nuestro pais pasaban cosas como las que relatas sobre China en tu blog, que tambíen son ciertas y deplorables.
Pongamos a cada uno en su sitio.
Despues de los politicos, jefes de estado, principes y princesas que ha ido a abrazar a los gobernantes chinos, los que tampoco tienen verguenza son los deportistas que se han prestado a promocionar este pais que no respeta los derechos ni de las personas ni de los animales. Hipocritas hasta la medula al no permitir a sus ciudadanos escupir en el suelo u ofrecer carne de perro a los visitantes para despues de las olimpiadas todo seguir como antes, solo por recordar dos datos, aunque hay mas como hemos podido saber despues del acto de inauguracion. De Samaranch, sin comentarios, pero ahi sigue chupando rueda.
Casi todo es política... es verdad... y, por eso, no sé cómo os "enlazáis" con una organización en ocasiones útil, en ocasiones acertada, pero enormemente politizada como es AI. AI ha mantenido y mantiene una actitud más que ambigua en el tema del terrorismo y los asesinos de la ETA... y mantiene y ha mantenido una política de apoyo al MAYOR GENOCIDIO en la historia de la humanidad: el aborto. AI que lucha por la vida de unos, es verdad, también lucha, activamente, por el ASESINATO de otros. Y esto, también es verdad. Aquí, en eso y para ellos, manifiesto mi "Olímpico desprecio". Os invito a que hagáis lo mismo.
Un saludo.
Pablo G.
En este artículo se recogen una serie de razones por las cuales los JJOO son claramente colectivistas en su formulación actual:
1.la ceremonia inaugural amplifica la fantasía colectiva
2.Legitimación del Estado
3.Subordinación del individuo a la nación
4.Corrupción y malversación de fondos
Cada uno de estos puntos no puede ser mas acertado, y han sido puesto de manifiesto perfectamente desde los JJOO de Hitler en Berlín con muy pocas variantes a lo largo de sus sucesivas celebraciones cada cuatro años.
Faltaría añadir que los JJOO son la excusa perfecta del Estado para hacer lo que mas le gusta hacer, GASTAR EL DINERO DE LOS DEMAS.
Una vez establecido el carácter colectivista de los juegos en este blog. Se debería concluir que todos los juegos han tenido este carácter y no es algo característico de los juegos que tienen lugar actualmente en China. Por lo tanto, estas razones para el rechazo de los juegos se encuentran en todos los juegos que se han realizado. Esto incluye a los de Barcelona, y por supuesto a la candidatura de Madrid 2016.
En conclusión no deberíamos esperar mucho para que los autores de este blog en un valiente arrebato de liberalismo abriesen otro blog sobre la experiencia de Barcelona 92 y la futura candidatura de Madrid 2016.
En caso contrario nos encontramos con un ataque más a China con la excusa de los juegos.
Algunos autores de este blog somos partidarios de que los JJOO se financien con dinero privado,no público.No me parece necesariamente "valiente"... no estamos en China (aún).
Juan,enhorabuena por tu artículo.
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